Los neumáticos de un turismo constituyen piezas fundamentales para garantizar la seguridad en la carretera. De los neumáticos depende el contacto entre el vehículo y la calzada. Por lo tanto, hay que prestar especial atención al uso de los neumáticos en invienro, ya que las condiciones de la conducción empeoran (temperaturas más bajas, más lluvias, nevadas, etc.).
En este sentido, se ha de optar por unos neumáticos con características especiales, las cuales favorecen la adherencia en las citadas condiciones adversas.
En primer lugar, se aconseja que la profundidad del dibujo de la rueda oscile entre tres y cuatro milímetros, puesto que expulsará con mayor facilidad el agua. La adecuación de la presión ha de comprobarse también cada dos semanas y con el neumático en frío, ya que la exposición continuada a temperaturas bajas reduce la presión.
Además, hay que vigilar que la goma no presente estrías y grietas. El compuesto de caucho que se utilice hará que un neumático funcione mejor a temperaturas altas o bajas. En este aspecto, destacan los materiales empleados para los neumáticos de invierno, los cuales posibilitan una alta adherencia en las estaciones frías.
Un diseño más elástico de los flancos (verticales del neumático) conferirá elasticidad y, por tanto, más superficie de contacto. Si hay más canales (anchos y profundos) y laminillas (rayas pequeñas en los tacos), se evacuará el agua más fácilmente y se evitará el temido aquaplaning.
Por otro lado, no se ha de olvidar el mentenimiento del coche y la puesta a punto de sus equipamientos para conducir con seguridad en invierno. Asimismo, la conducción ha de adaptarse a las especiales condiciones de la meteorología (por ejemplo, acelerando y desacelerando más con las marchas).
Por último, los profesionales de los talleres son las personas oportunas para asesorar respecto al uso de neumáticos en invierno. Un asunto que no se ha de dejar para el último día.